Inicio » Catálogo » El tren del infinito. O comboio do infinito
Los trenes carecen de libertad. Su vida es predecible sobre unos raíles que los diri-gen. La isla es el espacio finito, limitado sobre las aguas y bajo el cielo. El tren que circula por los raíles desde la orilla del mar hacia el cielo necesita del Infinito para sobrevivir. Si lo físico orime, la imaginación permite la dosis necesaria de libertad. Juan Carlos de Sancho realiza en El Tren del Infinito un magistral tributo a la ruptura de cadenas que necesitan los isleños. El tren se convierte en el símbolo de ese camino imaginario que nos lleva más allá de donde somos capaces físicamente. Madeira alberga la locomotora de este texto que en el paisaje imaginario de la litera-tura tiene su estación de salida en Canarias y como destino el Infinito que todos albergamos.