Inicio » Catálogo » Arte, naturaleza y piedad. Miradas de la Basílica del Pino
La Basílica de Ntra. Sra. del Pino de Teror es sin duda uno de los monumentos más importantes que tenemos en Canarias. Tanto por su configuración arquitectónica como por el significado espiritual y religioso que tiene para los canarios, la Iglesia de Teror es un testimonio fundamental en la historia del Archipiélago y, por supuesto, de Teror.
La conmemoración del 250 aniversario de coloca-ción de la primera piedra de este emblemático edificio es, por tanto, un acontecimiento que nos hace ser conscientes de la trascendencia que ha tenido para los terorenses y para los canarios en general. ¿Quién no ha pisado alguna vez el santuario de la Patrona de la Diócesis de Canarias? ¿Quién no ha buscado entre sus paredes cobijo, silencio y tranquilidad? ¿Quién no se ha sorprendido ante la majestuosidad de sus for-mas, ante el arte y la historia que alberga? ¿Quién no tiene impresa en su retina y en su memoria la imagen de esta hermosa construcción?
La Basílica del Pino lo es casi todo para Teror. Es el corazón y el alma del municipio. Y me atrevería a decir que es el origen mismo del Teror que hoy tenemos, la semilla plantada hace un cuarto de milenio que hizo florecer el Casco de la Villa y que expandió sus ramas por toda la isla de Gran Canaria.
La construcción de la actual Iglesia de Teror marcó el inicio de una etapa revolucionaria para el municipio en la segunda mitad del siglo XVIII, configurando su desarrollo urbanístico, social y económico. Hoy día, el templo mariano sigue sien-do el motor espiritual, social, turístico y en gran parte económico de Teror, siendo un referente indiscutible del patrimonio cultural de Canarias.
Ante la grandeza del edificio que acoge la imagen de Ntra. Sra. del Pino, la exposición “Arte, naturaleza y piedad. Miradas de la Basílica del Pino”, organizada por el Ayuntamiento de Teror desde la Concejalía de Patrimonio Histórico, es sólo una pequeña muestra de reconocimiento de todo lo que ha significado en sus 250 años de historia este espacio de referencia para los canarios.
No cabe duda de que la mejor exposición de este aniversario es poder contemplar el propio templo erigido entre 1760 y 1767, bajo la dirección de Antonio de la Rocha y el trabajo de cientos de artesanos y trabajadores anónimos que se entregaron en cuerpo y alma a levantar los cimientos definitivos del santuario de la Virgen del Pino.
Sin embargo, la muestra que acoge la Casa de la Cultura de Teror, y de la que deja constancia este catálogo, plasma con mayor profusión de detalles la huella que ha dejado la Basílica del Pino en la historia colectiva y particular de los canarios. A través de documentos escritos, objetos, obras gráficas y artísticas, fotografías y otros elementos visuales, podemos mirar esos 250 años de existencia de la Iglesia del Pino de Teror, desde que un 5 de agosto de 1760 se colocara su primera piedra, hasta el año 2010, en pleno siglo XXI. Seguro que en las “miradas” que han puesto artistas, historiadores, feligreses, religiosos e incluso los niños, veremos también reconocida nues-tra mirada de la Basílica.
De alguna manera, esta conmemoración y esta exposición que aquí presentamos es un merecido homenaje a todas aquellas personas, colectivos e instituciones que han hecho posible que el templo del Pino de Teror siga siendo una realidad, a pesar de los avatares de la historia, de la fragilidad del terreno sobre el que se ubica, y del paso del tiempo. Y espero que dentro de otros 250 años este edificio siga siendo el referente que es hoy para Teror y para la isla de Gran Canaria. Cuidémoslo.