Inicio » Catálogo » Nos dejaron el muerto
Nos dejaron el muerto se sitúa en esa línea de creación inevitable y esencial, de escritura a impulsos del genio. Precisamente por ello, y en consonancia con tantas otras obras de la misma estirpe, la de Víctor Ramírez entronca sin ordeos y mediaciones con el genio de un pueblo. Lo hace además de forma excepcional, en mucho mayor medida que cualquier otra surgida en nuestro medio.
Sé que a más de uno habrá de parecerle arriesgada mi afirmación; y puede que efectivamente lo sea. En cualquier caso, me encantaría tropezar con argumentos que la pusieran a prueba. Mientras tanto sostendré que el genio de este pueblo, hasta la aparición de Nos dejaron el muerto, no llegó a disponer de credenciales suficientes. Contábamos, eso sí, con admirables muestras de su pathos, por no hablar de otras muchas que nos adentraban en su ethos.
Pero hacía falta una obra tan elemental y tan exenta de artificio como ésta –una obra amasada sin rodeos ni aspavientos en todos los sudores de nuestra gente generosamente enredada en sus muchos entresijos– para que alcanzáramos a vislumbrar la verdadera dimensión de su genio.