Inicio » Catálogo » La Provincia: periódico centenario (1911-2011)
En los tiempos presentes no es fácil que se mantengan cabeceras de centenaria trayectoria. La inmensa mayoría de cuantas surgieron en el siglo XX quedaron en el camino. Ya fuesen de alcance nacional o regional, las empresas editoras quedaron con frecuencia circunscritas al contexto que las hizo ver la luz. Cuando las circunstancias que gestaron aquél cambiaron, fue difícil adaptar la prensa a esos nuevos momentos. La historia de la prensa española está plagada de ejemplos que responden a tales límites. Sin embargo y aunque menos habitual, también hay excepciones. Es el caso de La Provincia.
Surgió para abanderar una causa isleña: la segregación de la provincia de Canarias en dos. Aquella causa hunde sus raíces en el siglo XIX, primero en forma de disputa por la sede capitalina de la provincia que se instaló en el Archipiélago, y a partir de 1840, en forma de disputa entre los partidarios de dividir la provincia y aquellos que pugnaban por mantenerla unida.
Al llegar el siglo XX se recrudeció el viejo pleito insular. Bajo las circunstancias de un régimen que se quedaba obsoleto para acoger las transformaciones de la sociedad española, el contencioso isleño llegó a convertirse en un verdadero problema de Estado.
Los cambios en los escenarios internacionales alteraron los intereses que confluían en las rutas atlánticas que transitaban por el Archipiélago. A su vez, para España, éste se había convertido en su frontera más lejana tras la pérdida de los territorios americanos y de Filipinas a fines del diecinueve.
Todo aquél juego de intereses -que envolvía a las potencias europeas en las décadas de la nueva expansión colonial- pasó a convertirse en una importante baza para España. Al jugarla, nuestro país no solo frenó los riesgos de seguir viendo como mermaban sus espacios sino que, incluso, participó en la obtención de otros nuevos en los repartos de África.
Por otro lado, la economía canaria entró en nuevas fases como consecuencia de su inserción en todos aquellos cambios. Se modificó también el papel que desempeñaban las islas desde tiempos anteriores. El eje económico principal se trasladó a principios del siglo XX desde Tenerife a Gran Canaria y las islas periféricas, antiguos graneros de provisión para las centrales (dedicadas a la agricultura de exportación especializada), se enfrentaron a una inalcanzable competencia ante los productos alimenticios que se importaban a bajo coste.
Todo ello removió los cimientos del statu quo político y volvió a replantearse la organización político-administrativa en las islas.
La necesidad imperiosa de mantener la estabilidad social en las islas que tenían los gobiernos españoles de entonces se vio complicada por la reactivación de lo que, casi siempre, fue el principal factor de conflicto: la pugna provincial.
En aquél intenso contexto -que en Gran Canaria coincidió con una fase de especial dinamismo económico y de notables cambios en las estructuras sociales- surgió un nuevo periódico. Su cabecera se convirtió en la enseña de una reivindicación que entró en sus últimas décadas: la división provincial.
Como tantas otras veces, aquella pugna intracanaria combinó la acción política e institucional con las movilizaciones de todo orden dentro y fuera de las islas. La prensa jugó un papel muy destacado. Entre otras razones porque suplía a la supuesta “opinión pública”. Ya fuera con los ejemplares publicados en las islas o con el uso de la prensa peninsular, la letra impresa fijaba, como pocas cosas, la presión de una sociedad.
En plena fase álgida de aquellos litigios, con los debates parlamentarios sobre la reforma de la organización territorial en todo lo alto y con la influencia poderosa de quienes representaban a las clases dirigentes isleñas respectivas ante los gobiernos de la monarquía, surgió aquella nueva cabecera. Centraba su objetivo en la reivindicación provincial y en tal causa se explica su nacimiento. No obstante, como suele ocurrir con frecuencia, también habían otros fines menos visibles. En este caso, representaban las posiciones de unas facciones no siempre coincidentes con el partido dominante que presidió la política grancanaria durante la etapa de la Restauración.
En cualquier caso, aquél periódico no sólo se mantuvo hasta que se consiguió la reivindicación deseada en 1927. Su trayectoria se prolongó a lo largo de otras muchas etapas posteriores con momentos también de ausencia.
Para las décadas más recientes, La Provincia se convirtió en un diario de referencia. La transición a la democracia; el proceso autonómico o las singularidades del régimen económico y fiscal canario, tuvieron, entre otros temas principales, un punto de referencia muy principal en la fase moderna de La Provincia que se inició en 1966.
Pero en realidad ha sido mucho más. Entrar en los fondos de su hemeroteca implica un viaje por el pasado del siglo XX y también por el presente que transcurre en el actual XXI. Ahí está la vida de varias generaciones. Las vidas y las costumbres; los cambios en las formas de nuestra convivencia; desde las que se expresan desde los contornos oficiales hasta las que recogen el sentir más sencillo de los pueblos de toda la geografía insular.