Cuando Jorge Batista acude a mí con la idea de que un artista recree sus textos literarios consistentes, como base, en noticias periodísticas, es pre-cisamente el soporte, el papel de periódico, lo que me lleva a pensar en la idea del collage. Y es en esta técnica en la que siempre he considerado un maestro a Pepe Dámaso.
Se le expone al artista la idea y la acepta con las reservas propias del creador, que debe eludir la rigidez de una propuesta. Así, a partir de los recortes de periódicos en los que han salido las noticias, construirá su propia visión de esas recreaciones literarias que previamente ha elegido y resuelto el escritor.
El escritor resuelve literariamente.
El pintor resolverá plásticamente.
Llegado a este punto, se produce un cambio en la propuesta inicial: Dámaso no sólo llevará a cabo la obra con otros materiales y técnicas - el periódico sólo lo utilizará al abordar la figura de Milosevic, motivo por el cual se ha incluido en el libro de manera testimonial - sino que acabará recreando lo que realmente le impacta, le interesa, le conmueve, incidiendo con mayor intensidad en unos temas e incluso dejando otros fuera. Así, este inicio de las conversaciones creativas entre pintor y escritor dan tam-bién, por su parte, un giro en la intención de este último que, ante la visión de la obra de Dámaso ya acabada, llevará a cabo cambios en la conforma-ción de textos, selección de otros nuevos y eliminación de algunos.
Conclusión: el coloquio plástico / literario ha fluido entre los auto-res superponiéndose a ellos mismos y, así, esta obra es la consecuencia de un abrirse al diálogo, no sólo de cada autor con sus respectivas obras sino también de cada autor con el otro y de las obras de cada uno entre ellas.
Difícil malabarismo. Este es el resultado.