Inicio » Catálogo » El hilo de Ariadna: guía para la adecuación del Achivo Municipal
No piense, lector, que la obra que tiene entre sus manos y que en breve empezará a leer, es un manual teórico que enseñe las habilidades y conocimientos de quien lo ha escrito y que sólo a su autor aprovecha. No, la idea de la presente obra es otra. Su autor, de grandes habilidades y profundos conocimientos demostrados en otros foros y no en pocas ocasiones, no ha pretendido recapitular sobre la teoría archivística, repetida ya una y mil veces en los por todos conocidos manuales de gran valor e interés, sin duda, pero todos con parecidos planteamientos, índices y temas. El presente trabajo, corto en número de páginas pero largo en intenciones, es otra cosa. Pretende ilustrar a todo aquel que trabaja en un archivo y se encuentra con los problemas típicos, por frecuentes, diarios y repetidos, que a veces no se resuelven por los grandes autores, por los patriarcas de nuestra disciplina, quizá por ser peccata minuta que se dejan al libre albedrío no sistematizado de quien o quienes se enfrentan a ellos en silencio, jornada tras jornada, sin aplausos y sin el reconocimiento que merecen.
El índice es ilustrativo y basta una rápida mirada para comprobar lo hasta aquí dicho. No trae a colación ni resuelve conceptos ni temas, más propios de una oposición que de una labor archivística, sino más bien dudas y preocupaciones propias del quehacer cotidiano. No se para en elucubrar sobre los organismos internacionales de archivos, pero sí sobre la necesidad de que todo archivo cuente con su reglamento; no se desvela por el documento electrónico, aunque lo considere importante y con un futuro halagüeño, pero sí por el boletín de transferencia; no se pelea con sus superiores administrativos por la realización de meritorias actividades culturales (aunque me consta que las realiza), pero sí por dotar al archivo municipal que dirige de una aplicación informática que agilice la descripción y la búsqueda de datos y descriptores.
Si echamos una mirada al índice, vemos que en las nociones básicas no entra a analizar conceptos abstrusos, sino unos tan elementales y eficaces como determinar qué y cuáles son las tipologías documentales, que tanta confusión suscitan a veces; cabe destacar las tres premisas fundamentales que establece: la rapidez, lo práctico, la ineficacia de reproducir en depósitos la clasificación intelectual del fondo; didáctico para el aprendiz (y para el no aprendiz, también) es el capítulo de los procedimientos archivísticos, pues los diferencia, divide y concatena claramente, marcando con toda precisión la secuencia de actuación, que comienza con la tarea mecánica (traslado, limpieza, instalación), a la que sigue la intelectual (expurgo, inventario, cuadro de clasificación), para terminar con la labor de descripción (catálogo, índices, tablas de equivalencia); no se olvida del control de los préstamos, de las transferencias, de la adecuación inteligente del espacio, de la difusión, etc.
Víctor Manuel Bello Jiménez es realista, práctico, conocedor del terreno en que se mueve, ilusionado por su trabajo, esforzado, autodidacta, apasionado... Y este carácter se hace sentir en su labor. Esta pequeña obra es producto de una gran experiencia, que ha sabido sintetizar con acierto, cordura y juicio, por lo que el presente trabajo se convertirá en el catecismo, en la prédica, en la guía de cuantos quieran con responsabilidad iniciarse en las labores archivísticas. Un vacío más se llena con este título. Es un pequeño paso que supondrá un gran progreso para la organización de nuestro patrimonio documental.