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No se puede negar que desde que las primeras gotas de lluvia del otoño mojan ligeramente nuestros montes, se desata una pasión por las setas que ataca a los aficionados y a los medios de comunicación. Este interés mediático ha sido el responsable de que en regiones como Canarias se puedan encontrar los montes llenos de personas en el mes de noviembre, bien recogiendo setas, bien castañas, cuando hasta entonces bastantes menos personas se interesaban por los hongos.
Quizás una parte de esa pasión sea culpa de las actividades micológicas que desde 1980 se empezaron a organizar en Tenerife, en el hall de la Facultad de Biología de la Universidad de La Laguna, bajo la dirección de la doctora Esperanza Beltrán y con el importante empuje de los alumnos agrupados en el Aula de Cultura de Biología, y posteriormente, a partir de 1988, en Gran Canaria, extendiéndose estas actividades en la actualidad a La Palma, El Hierro y Fuerteventura. Sin embargo en aquellas exposiciones de hongos de La Laguna ya aparecían aficionados peninsulares y extranjeros que pateaban los montes buscando setas, y en La Esperanza se veían los primeros mercadillos de venta de algunas especies de setas. Los vecinos de El Rosario, enseñados por algunos de esos peninsulares y extranjeros, empezaban a poner los cimientos de los puestos de venta de hongos de los actuales mercadillos de algunos pueblos del norte de Tenerife. Otra parte de esa pasión se debe sin duda a los habitantes de Lanzarote y Fuerteventura que nunca dejaron de recolectar papascrías y criadas, o a los de El Hierro, La Palma e Icod de los Vinos, consumiendo hongos, nacidas y turmas. Y otra pequeña parte debe ser responsabilidad igualmente de los aficionados que se fueron uniendo para fundar las sociedades micológicas de Canarias: en Gran Canaria, la más antigua, funcionando desde 1995, en La Palma, inicialmente bajo la maestría de la micóloga Rose Marie Dähncke, desde 2003, El Hierro, desde 2006 y en Tenerife desde 2008.
De esta manera, en los meses de octubre y noviembre abundan las actividades por las islas, los medios de comunicación ofrecen entrevistas y artículos variados y parece que las setas se encuentran por todos los lados.
Desde hace años también se organizan cursos de iniciación por parte de las universidades y sociedades micológicas de las islas, y con el fin de reordenar y agrupar muchos de los materiales que se han preparado para esos cursos es por lo que aparecen estos apuntes micológicos. De aquellos cuadernillos elaborados por los alumnos de Biología desde los inicios de los años 80 del pasado siglo, a los más extensos dedicados a los cursos de iniciación o profundización, de todos ellos se ha recopilado el contenido y con la idea de ofrecer divulgación de manera amena se reúne en este libro que Anroart.
