Inicio » Catálogo » La princesa cautiva
Soy Panchatantra Kid, el Gallo Tuerto, pero como seremos amigos, puedes llamarme Pancha. Si vives en la ciudad, seguramente no lo sabes. Pero durante generaciones y generaciones, los gallos hemos tenido el oficio de despertar a la gente. Cantamos cada día justo antes del alba. En eso no tuve suerte: siempre se me pegaban las sábanas. Además, me expulsaron del Real Conservatorio de Gallos, porque, al parecer, tengo poquita voz, pero desagradable. Así que tuve que buscar otro oficio. Cuando yo era joven, estaban muy de moda las peleas de gallos. Y a ello me puse. Tuve mucho éxito en casi todos mis combates. Panchatantra Kid, el Gallo Valiente, era mi nombre artístico. Llegué a ser subcampeón de peso cresta, pero, poco a poco, fui aborreciendo la violencia, porque eso de pelearme no me hacía feliz, la verdad. Uno se pone en el lugar del otro y piensa en cómo duele. A esto se unió la lesión en un ojo que me produjo mi último combate contra Bombardero Kirikí, para convencerme de que la pelea tampoco era lo mío. Me dediqué a viajar por el mundo. Y, en mis muchos viajes, descubrí que había muchas historias que escuchar y muchas historias que contar, pero que todas las historias, pese a sus diferencias se parecían mucho, así que, las personas que las contaban, también pese a sus diferencias, también debían de ser, en el fondo, parecidas. Ahora, ya anciano, soy feliz en casa del coronel O’Flaherty, un anciano militar británico retirado que me adoptó hace años. Posiblemente porque está tan loco como yo. El coronel tiene una inmensa biblioteca y nunca me canso de leer en sus libros los cuentos que ya tantas veces he oído, que siempre son los mismos, pero siempre son distintos. Porque, entre nosotros, te contaré un secreto: aunque todos los cuentos sean el mismo cuento, los cuentos están vivos. Cambian cada vez que alguien los cuenta y alguien los escucha y vuelve a contarlos. Y, si no me crees, lee este cuento que te cuento a continuación y prueba tú a contarlo a otra persona. Es un antiguo cuento indio. Tiene ogros y princesas y objetos mágicos y lo he titulado: La princesa cautiva.