Inicio » Autores » Carmelo Santana Peña
Nacido en los Llanos de San Gregorio de Telde, a lo largo de su vida Carmelo Santana Peña siempre se ha mantenido fiel a sus orígenes y, al mismo tiempo, ha sabido echar raíces en los lugares donde ha vivido, hasta el punto de presumir ser uno de los canarios que mejor conocen Inglaterra, en la que sitúa personas, vivencias, anécdotas, recuerdos, añoranzas, situaciones y momentos rememorados ahora en este libro.
Carmelo Santana Peña partió a Londres en 1956, con sólo 16 años, enviado por su familia para estudiar y, posteriormente, encargarse de recepcionar los productos hortícolas que ellos mismos producían y exportaban a Inglaterra. También era el responsable de distribuir, controlar los precios y la calidad de la mercancía que llegaba. Este país lo acogió durante más de 20 años y se reconoce un enamorado del lugar del que guarda imborrables recuerdos. Su paso por la capital inglesa le permitió vivir acontecimientos históricos y muchos otros con los que ni siquiera soñaba.
A los pocos años de llegar, por ejemplo, tuvo la suerte de hablar con el duque de Edimburgo, esposo de la reina de Inglaterra, durante el aniversario del mercado de Covent Garden. Recuerda que el miembro de la realeza se dirigió directamente a él para preguntarle cuál era su función allí y mantuvieron una corta pero distendida conversación.
Otro de los personajes que tuvo ocasión de conocer y tratar fue al ex presidente del Liverpool Football Club, Jack Cross, que tenía negocios vinculados con el tomate en esa ciudad portuaria. Esa buena relación le permitía tener siempre dos entradas para ver el equipo.
Durante los sesenta, llegaban a la capital inglesa cuatro barcos semanales y otro al puerto de Liverpool, cargados con productos canarios. En esas épocas las Islas exportaban 15 millones de bultos. "Los canarios tenemos que estar muy agradecidos a los ingleses porque han hecho mucho por las Islas, pero nosotros también. Ambos nos debemos mucho", sostiene. "Los isleños introdujimos al resto de españoles dentro de Inglaterra en el tema de la exportación y fuimos siempre muy queridos y respetados", asegura.
Entre otras anécdotas que guarda es la de haber visitado el mítico Cavern Club, en Liverpool, muchos años antes de que se hiciera famoso gracias a Los Beatles. También, gracias a la amistad con el dueño de la empresa Newman & Son, un hombre muy aficionado al boxeo, tuvo la oportunidad de establecer una estrecha amistad con el campeón de Inglaterra de peso pesado Henry Cooper, el boxeador que tumbó una vez al mítico Cassius Clay. Hace 45 años, además, asistió al Royal Albert Hall a ver un combate del canario Miguel Calderín (Kimbo), por entonces campeón de España, contra el de Inglaterra ante 6.000 aficionados.
Uno de los acontecimientos que jamás olvidará y que más le impactó fue la muerte de Winston Churchill, del que es ferviente admirador, el 24 de enero de 1965. Esa misma tarde acudió con sus grandes amigos Tomas López y José Benítez a verlo de cuerpo presente en la abadía de Westminster, con un frío terrible, recuerda. El entierro tuvo lugar el 30 de enero y "fue lo más grandioso que he visto", asegura. "Los crespones negros decoraban las calles, las banderas estaban a media asta y la mayoría de la gente vestía de negro, durante el recorrido sólo se escuchaba el sonido de los tambores y los pasos de la artillería", relata. Cuando lo embarcaron por el Támesis, miles de grúas se inclinaron a su paso y los barcos tocaban sus bocinas en un día gris. "Fue muy emocionante, es algo que no se puede olvidar", rememora.
También recuerda que era muy normal ver a actores y actrices por la calles de algunos barrios de la capital. En varios ocasiones vio a Elizabeth Taylor con Richard Burton.
En la actualidad Carmelo Santana vuelve con frecuencia a Londres. "Conozco bien Madrid, París, Roma o Berlín, pero siempre me quedaría con Londres", afirma. Cada vez que va visita tres museos, el de Sherlock Holmes, el de Winston Churchill (que alberga el búnker desde donde dirigió la Segunda Guerra Mundial) y la National Gallery.
Sigue siendo un hombre inquieto y participativo en la sociedad isleña ya que forma parte de la directiva de los Amigos Canarios de la Zarzuela, es socio numerario de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria y Vocal del Club de Leones Las Palmas-Vegueta.